Todo deseo nace de un deseo anterior. Es la vida misma. No consideres inútil o equivocado ninguno de tus deseos. Los deseos son semillas a la espera de la estación propicia para germinar. Aprecia cada uno de los deseos de tu corazón.
Ahora, te propongo una ejercicio que llamaremos "la prueba de fuego".
Escribe lo que quieres en todos los distintos niveles de tu persona:
· Físico
· Emocional
· Mental
· Espiritual
Has de ser lo más concreto que puedas.
Describe con todo lujo de detalles cuándo considerarías cumplido tu deseo.
ADVERTENCIA:
¡Has de pedir los deseos en positivo y en presente. Y has de creer!.
Aquí, te enfrentas al problema esencial:
“La creencia de que no nos merecemos lo que deseamos.”
La creencia en cualquier limitación será un punto contra tu deseo.
Aquí, ya no puedes permitirte el lujo de tener ni un solo pensamiento negativo.
Todo pensamiento que te haga retroceder es un impedimento para que manifiestes tus deseos.
Tus experiencias, siempre reflejan tus creencias internas. Por lo tanto, lo repetiré de nuevo, desea en:
· PRESENTE
· POSITIVO
Sé consciente de ello y no ¡bajes nunca la guardia! Porque, de lo contrario...
Mejor te lo cuento con una historieta:
“En una ocasión, un viajero muy cansado se sentó bajo la sombra de un árbol, sin saber que aquél era una árbol mágico: el árbol que convertía en realidad todos los deseos.
Sentado sobre la tierra dura, él pensaba que sería muy agradable tener una cama mullida donde disfrutar de su descanso.
Al momento, una cama apareció a su lado.
Asombrado el hombre se tumbó en ella y dijo que el colmo de la dicha sería que una joven viniera y masajeara sus piernas tullidas.
Al instante, la joven apareció y lo masajeó de una forma muy agradable.
Tengo hambre –dijo el viajero- y en este momento sería con seguridad una delicia poder disfrutar de una buena comida.
Una mesa surgió, cargada con alimentos suculentos.
El hombre se alegró. Comió y bebió. Su cabeza se inclinó un poco. Sus párpados, por la acción del vino y la fatiga, se cerraban. Se dejó caer a lo largo de la cama y pensó en los maravillosos sucesos de ese extraño lugar.
Voy a dormir una hora o dos –se dijo-. Lo peor sería que un tigre pasara por aquí mientras duermo.
Un tigre apareció enseguida y lo devoró”.
Tú tienes en ti mismo un “árbol de deseos” que espera tus órdenes. Pero ¡cuidado!, el árbol también puede hacer realidad tus pensamientos negativos y tus temores.
¡Piensa y actúa como si cualquier cosa que desees ya estuviera aquí!, pero... SIEMPRE EN POSITIVO.
Porque, en realidad, los deseos que quieres cumplir son hechos existentes, ya presentes en el Espíritu. Si los dejas tranquilos en tu mente y en la mente de la intención al mismo tiempo, germinarán en la realidad de tu mundo físico.
Tú ya eres un ser completo. Por esta razón, no te limites en nada. Sólo tu capacidad para recibir, limitará la capacidad del Universo para darte lo que deseas.
No luches para obtener lo que deseas (aquí es donde comienza el desapego, o lo que es igual, la libertad). Confía en que tu Espíritu Superior te ha hecho concebir el deseo, y deja en sus manos el que éste se torne en realidad.
Alberga tus deseos en el corazón y, luego, deja actuar al Espíritu.
Debes resistir el impulso de luchar por lo que deseas.
Olvida el resultado, la recompensa, el dinero, el trofeo y los homenajes.
No te esfuerces por alcanzar un objetivo y, en lugar de ello, disfruta del proceso del trabajo que estás realizando.
Cuando tu mente está concentrada en el resultado más que en lo que está haciendo se crea una disonancia interior que bloquea cualquier posibilidad para la aparición de milagros.
La prosperidad tiene que ver con el proceso, no con los resultados.
En realidad, como ser único y completo, has elegido estar aquí para cumplir un propósito vital, por ello tu tarea más importante es descubrir ese propósito.
¡Venga!, ¿A qué estás esperando?, ¡Haz tu lista de deseos!
No te conformes con diez, ni con veinte, ni con treinta...
¡Intenta llegar a 99!
Te sorprenderás, si te atreves a realizar este ejercicio.
Continuará...
Pero recuerda que:
El secreto de manifestar cualquier cosa que desees consiste en tu disposición y capacidad para realinearte de modo que tu mundo interior armonice con la fuerza de la intención.
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1 comentario:
me ha encantado recordar la historia el árbol de los deseos, en cuanto al resto...sigo dándole vueltas al tema del desapego...
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