¿Dónde está la diferencia?

"Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos."
-El Kybalion-

Este es el principio de la dualidad.
Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado perplejos a tantísimos investigadores, y que literalmente decían:
  1. La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza, difiriendo sólo en grado.
  2. Los opuestos son idénticos en realidad, diferenciándose en su gradación.
  3. Los pares de opuestos pueden conciliarse, los extremos se tocan.
  4. Todo es y no es al mismo tiempo, toda verdad no es sino media verdad.

Este principio explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los "opuestos" no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa, consistiendo la diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos.

El calor y el frío, aunque opuestos, son realmente la misma cosa, consistiendo la diferencia, simplemente, en diversos grados de aquella. Mira un termómetro y trata de averiguar dónde empieza el calor y dónde termina el frío. No hay nada que sea calor absoluto en realidad, indicando simplemente ambos términos, frío y calor, diversos grados de la misma cosa, y que ésta se manifiesta en esos opuestos no es más que los polos de eso que se llama Calor, o sea la manifestación del principio de polaridad que nos ocupa.

El mismo principio se manifiesta en la "luz" y la "oscuridad", las que, en resumen, no son sino la misma cosa, siendo ocasionada la diferencia por la diversidad de grado entre los dos polos del fenómeno.

¿Dónde termina la oscuridad y dónde empieza la luz?

¿Cuál es la diferencia entre grande y pequeño?

¿Cuál entre duro y blando?

¿Cuál entre blanco y negro?

¿Cuál entre alto y bajo?

¿Cuál entre positivo y negativo?

El principio de polaridad explica esta paradoja. El mismo principio opera de idéntica manera en el plano mental. Tomemos, por ejemplo, el amor y el odio, dos estados mentales completamente distintos aparentemente, y notaremos que hay muchos grados entre ambos; tantos, que las palabras que nosotros usamos para designarlos, "agradable" y "desagradable", se esfuman una en la otra, hasta tal punto que muchas veces somos incapaces de afirmar si una cosa nos causa placer o disgusto.

Todas no son más que gradaciones de una misma cosa, como lo comprenderás claramente por poco que medites sobre ello.

Una vez que comprendes toda la globalidad del concepto, entiendes que tu objetivo como "ser evolutivo" es trascender la percepción de la dualidad; buscar la suma de los opuestos; encontrar la unidad; completarte en el TODO.

En su último libro: "El Universo en un solo átomo", el Dalai Lama, dice:

"Según la teoría budista del vacío, todas las cosas y acontecimientos... carecen de una existencia objetiva independiente. Existe una concordancia entre la noción del vacío y la nueva física cuántica... En otras palabras, aferrándonos a la existencia independiente de las cosas, nos vemos abocados a la aflicción."

Y el científico Brian Greene, afirma en su libro: "El tejido del Cosmos":

"Todo está conectado con todo lo demás. La mecánica cuántica nos entrelaza a todos en un todo universal."

Carl Jung, formuló "el inconsciente colectivo" como un todo interconectado.

James Lovelock, con la teoría de "Gaia" afirma que en el entorno de la Tierra, todo está interrelacionado y regulado de hecho por factores orgánicos e inorgánicos.

Evidentemente, deja de haber un "ahí afuera" si nosotros y el resto del mundo estamos tan intrínsecamente inter-conectados.

Así que, piensa... si todo está conectado y nosotros inter-conectados y no hay una separación real entre nosotros, de manera que lo que hacemos a otro, lo hacemos a un aspecto de nuestro ser... la próxima vez que nos crucemos, trascendamos la dualidad.

Como el principio del Yin Yang...

Porque, ¿dónde termina el tú y comienza el yo?...

¿Dónde está la diferencia?

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